Entre estas dos clases habrá lucha hasta que los trabajadores del mundo se organicen como clase, tomen posesión de la tierra y la maquinaria de producción y anulan el sistema de salarios.
Encontramos que la centralización del manejo de las industrias imposibilita a los sindicatos de oficios los incapacita para luchar ventajosamente contra el creciente poder de la clase patronal. Porque los sindicatos de oficios han creado una situación tal que hace que un grupo de trabajadores luche contra otro grupo de trabajadores en la misma industria, ayudando asi a ser derrotados en las luchas del salario. Más todavía esas agrupaciones ayudan la clase patronal engañando a los trabajadores haciéndoles creer a los trabajadores que sus intereses son los mismos que los de sus patrones.
Estas condiciones pueden ser cambiadas y el interés de la clase trabajadora sostenerse solamente por una organización formada de tal manera que todos sus miembros en una industria o en todas las industrias, si es necesario, gocen de trabajar, en todo tiempo que haya huelga o cierre en un departamento, haciendo así que un daño a uno es un daño a todos.
En lugar del lema conservador de "Un buen salario por un buen día de trabajo," debemos inscribir en nuestra estandarte la divisa revolucionaria, "Abolición del sistema de salarios."
Es la misión histórica de la clase trabajadora hacer desaparecer el capitalismo. El ejército de la producción debe ser organizado, no solamente para la lucha diaria contra el capitalismo, pero también para llevar a cabo la producción y distribución cuando el capitalismo haya sido derrocado. Organizándonos industrialmente estamos formando la estructura de la nueva sociedad dentro de la cascarón de la vieja.
Industrial Workers of the World. (Trabajadores Industriales del Mundo)
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