Publicamos este agudo artículo, que no por el paso de los años pierde actualidad. El autor, Socialista Libertario e Internacionalista, es de origen canadiense y publica una página web electrónica (Radical Disgressions)
La publicación Canadian Dimension acertó completamente al mencionar en su edición de Octubre-Noviembre que la Izquierda necesita pensar mucho sobre la "auto-determinación".
Un buen lugar para empezar sería preguntarse si el familiar principio de la Izquierda, "el derecho de auto-determinación" realmente significa algo o si es otro eslogan vacío cuyo principal uso es que la Izquierda lo puede repetir como mantra y así salvarse de tener que pensar de manera crítica.
La posición izquierdista tradicional fue bien representada por la respuesta de Leo Panitch al editoria de CD. La posición de Panitch se centra en tres puntos:1. Debemos apoyar el derecho de Québec de auto-determinación.2. La única vía aceptable para que Québec ejerza el derecho de auto-determinación es la secesión y los arreglos para una nación-estado independiente.3. El rol de la Izquierda Inglesa-Canadiense es apoyar la independencia de Québec y no hacer preguntas embarazosas.
La postura de Panitch, ampliamente sostenida en la Izquierda, apelará a aquellas personas que prefieren respuestas simples a preguntas complicadas. Lo que en realidad está diciendo Panitch es que la Izquierda no tiene nada que aportar al debate.
No hay el más leve indicio de análisis socialista aquí, nada con lo que los transmisores de la agenda corporativa neo-conservadora como el rompe-sindicatos Jacques Parizeau o el anterior talador de Mulroney, Lucien Bouchard estarían en desacuerdo. La auto-determinación está aparentemente exenta de análisis de clase y evidentemente no tiene nada que hacer con el cambio de quien ejerce el poder económico y político, nada que ver con la democracia y nada que hacer con la lucha por el socialismo.
Lo que Panitch y sus colaboradores intelectuales quieren decir con "auto-determinción" es una sola cosa: secesión. Lo que le están diciendo a Québec es: "Tienen el derecho de irse, apúrense y váyanse."
Eso no le sucede a los residentes de Québec que podrían desear una opción diferente a la secesión. Panitch insiste "debemos trabajar por la separación más amigable y la relación más cercana… si el derecho de auto-determinación es ejercido a través de un referéndum."
¿No es concebible que si "el derecho de auto-determinación es ejercido a través de un referéndum", los residentes de Québec bien podrían votar por quedarse en Canadá? ¿Québec no puede tener el derecho de NO secesión? Aparentemente no. Panitch insiste en que los Ingleses-Canadienses de izquierda deben inequívocamente abogar por un Québec independiente, a pesar que él debe saber que la mayoría de los residentes de Québec NO quieren un Québec independiente. El hecho de que las encuestas de opinión en Québec muestren un apoyo del 30 por ciento para la independencia es tan irrelevante para estos defensores de la "auto-determinación" como el inconveniente hecho que los residentes de Québec ya han ejercido su derecho de "auto-determinación" a través de un referéndum.En aquel referéndum de 1980 el gobierno de PQ confeccionó una pregunta deliberadamente erizada designada par maximizar el voto hacia el Sí para hacer parecer que una "asociación soberana" era posible sin la separación de Canadá. A pesar de este truco, el 60 por ciento de los votantes ejercitó su derecho de "auto-determinación" votando No. Y a pesar de esa clara elección de parte de los residentes de Québec, los Ingleses-Canadienses de izquierda han seguido apoyando por mucho la independencia, obviamente que esto como contradice su reclamo de apoyo a la "auto-determinación".
Si "auto-determinación" para Québec significa secesión de Canadá aun cuando la mayoría de los habitantes se oponen a esto, para los nativos, la secesión de Canadá es considerada inaceptable sin importar que tan nativos quieran llegar a ser. Negar que el Cree del norte de Québec tiene el derecho de permanecer como parte de Canadá en el caso de que Québec entrara en secesión, Panitch elimina los deseos de los nativos tachándolos de incautos del "federalismo". Por buena medida, nos quiere mantener callados sobre el hecho que algunos nacionalistas de Québec son racistas en sus actitudes hacia la gente nativa, mientras espera indudablemente que nosotros denunciemos al racismo en cualquier parte de Canadá y claro, en cualquier otra parte del mundo.
El "derecho de auto-determinación" como lo promulga Panitch y mucha de la Izquierda está en el hecho que no es nada más que porras sin sentido para el nacionalismo burgués. En contraste, socialistas como Karl Marx y Rosa Luxemburg argumentaron que era necesario analizar el contenido político, económico y de clases de los movimientos nacionalistas en sus méritos individuales y apoyarlos sólo si eran progresistas.
Luxemburg argumentaba que "la posición de los socialistas con respecto a los problemas de nacionalidad dependen primeramente de las circunstancias concretas de cada caso, las cuales difieren significativamente entre los países, y también cambian con el paso del tiempo en cada país." Sin embargo, ella dijo, "la cuestión de la nacionalidad… no puede ser establecida por el uso de un cliché, ni siquiera aquella fórmula de agradable sonido como 'el derecho de todas las naciones a la auto-determinación'. Porque esa fórmula no expresa nada, por lo que es una frase vacía, sin contenido o de otra manera expresa el deber incondicional del socialismo de apoyar las aspiraciones de todas las naciones, en cuyo caso es simplemente falso."
El tipo de análisis político serio recomendado por Marx y Luxemburg - el cual puede requerir un esfuerzo intelectual - se ha vuelvo decididamente impopular en la Izquierda, para ser sustituido por la aceptación sin crítica de conceptos burgueses de nacionalidad y estado-nación, faltos de clase o contenido socialista.
El dogma aceptado ahora parece ser que cada nacionalidad y las necesidades de cada etnia y grupo lingüístico están como marcados para su propia nación-estado. En el mundo real, sin embargo, es raramente posible trazar fronteras políticas que correspondan con nacionalidad. Rara vez cada nación-estado y aspirante a nación-estado contiene a sus minorías nacionales y los reclamos nacionalistas conflictivos en el mismo territorio. Estos grupos nacionales son por lo general integrados y pulverizados, compartiendo el mismo territorio físico, las mismas ciudades y pueblos, las mismas calles y las mismas camas…
Como resultado - salvo en aquellas raras instancias donde un grupo nacional constituye una sociedad homogénea unida en su deseo por una independencia nacional entre fronteras en pugna - la "auto-determinación" cuenta a menudo para la mayoría, negando a las minorías su "derecho de auto-determinación". Estas minorías son entonces, en consecuencia, confrontadas con la elección de perder sus derechos nacionales y lingüísticos o abandonar sus hogares ancestrales en esas tragedias humanas, eufenímicamente conocidas como "transferencias de población". No es de sorprender que la violencia es la regla, más que la excepción en estas situaciones.
En Québec el deseo de una independencia nacional ha sido y sigue siendo el objetivo de una minoría. No hay manera de obtener el apoyo de una mayoría abrumadora en un referéndum. Se supone, sin embargo, que en un referéndum futuro el 51% de la población, o incluso el 55%, apoye la independencia. ¿Esto significa que más del 49%, o del 45%, que desean mantener su nacionalidad canadiense deben de ser legítimamente privados de su "derecho de auto-determinación"? Si la gente de Townships en el Este, históricamente de habla inglesa, quieren que su región permanezca como parte de Canadá, ¿cuál es la justificación para negarles este derecho? ¿De qué se trata esta teoría de "auto-determinación" que evita que Montreal se separe de Québec, si la mayoría de su población así lo desea?
Confrontados con estos cuestionamientos, quienes apoyan la "auto-determinación" prefieren la evasión. ¿"Están preparados para llevar el reto a las fronteras de Québec"? Panitch preguntó retóricamente, como si meramente haciendo esta pregunta fuera suficiente para minimizar esto como un absurdo. Aparentemente, el "derecho de auto-determinación" funciona únicamente dentro de Canadá, no dentro de Québec, ahora porque pasa esto él no lo explica. Como un dogma religioso el "derecho de auto-determinación" no está sujeto al embarazoso escrutinio del análisis lógico.
Como un ejercito enviado, sufriendo por las derrotas en años recientes, muchos partidarios de la Izquierda parecen estar una retirada a gran escala, abandonando indiscriminadamente no sólo los dogmas inútiles del Leninismo y la democracia social, pero los principios y las herramientas analíticas que necesitarán para reagruparse en el futuro.
Los resultados son deprimentes. El una vez sólido socialista independiente Leo Panitch ahora pide a CD que por favor explique "por qué las clases consideran a la nación como un valor" y apoya el Acuerdo Charlottetown de Mulroney, designado para dar a la burguesía una constitución política irreversiblemente desviada a los requerimientos de los corporativos transnacionales.
Las energías de muchas de las personas de Izquierda están enfocadas en generar reclamos al estado capitalista para resolver nuestros problemas, o para encontrar maneras para resolver el Estado que parece de alguna manera accidental haber perdido el camino. La Izquierda siempre ha sido atraída al Estado de la misma manera que una mariposa a la luz, entre más oscuro se vuelve, mayor es la atracción a las ilusiones nacionalistas y de Estado.
La Izquieda en Québec ha virtualmente abandonado la agenda socialista en su fijación nacionalista y es de sorprender que se ha vuelto tan impotente e irrelevante como su contra parte Inglesa-Canadiense. En ambos, Québec y Canadá inglés la izquierda apoya son crítica la independencia de Québec a pesar que de es impresionantemente obvio que el resultado incrementará el control de las corporaciones transnacionales y el imperialismo Estadounidense sobre ambas, Québec y el resto de Canadá, Québec convirtiéndose en una neo-colonia de Estados Unidos de habla francesa con menos control sobre su destino del que tiene hoy.
La Izquierda continuará sumiéndose en el pantano mientras siga encumbrando la aceptación sin crítica del eslogan "el derecho de auto-determinación".
El significado oculto, la esencia real del eslogan, es que no es posible ni deseable para dos o más grupos étnicos o lingüísticos vivir juntos en un país. No puedo imaginar un punto de vista más pesimista y menos socialista.
Yo recomendaría una perspectiva diferente de la Izquierda, basada en los siguientes puntos:
1. Los residentes de Québec de habla francesa constituyen una nacionalidad distintiva en Canadá. Québec no es una nación oprimida, bajo ninguna definición de opresión.
2. Los socialistas Ingleses Canadienses deberían apoyar los derechos de Québec dentro de Canadá, incluyendo especialmente el control sobre su propio lenguaje, cultura, educación y desarrollo social.
3. Los socialistas Ingleses Canadienses se deberían de oponer y combatir todas las manifestaciones chovinistas anti-Québec, por parte de los Ingleses Canadienses.
4. La ruptura de Canadá sería contraria a los intereses de los trabajadores en ambas partes, Ingleses Canadienses y Québec y se deberían de oponer a esto.
Publicado en la edición de diciembre 1994 - enero 1995 del Canadian Dimension.
La publicación Canadian Dimension acertó completamente al mencionar en su edición de Octubre-Noviembre que la Izquierda necesita pensar mucho sobre la "auto-determinación".
Un buen lugar para empezar sería preguntarse si el familiar principio de la Izquierda, "el derecho de auto-determinación" realmente significa algo o si es otro eslogan vacío cuyo principal uso es que la Izquierda lo puede repetir como mantra y así salvarse de tener que pensar de manera crítica.
La posición izquierdista tradicional fue bien representada por la respuesta de Leo Panitch al editoria de CD. La posición de Panitch se centra en tres puntos:1. Debemos apoyar el derecho de Québec de auto-determinación.2. La única vía aceptable para que Québec ejerza el derecho de auto-determinación es la secesión y los arreglos para una nación-estado independiente.3. El rol de la Izquierda Inglesa-Canadiense es apoyar la independencia de Québec y no hacer preguntas embarazosas.
La postura de Panitch, ampliamente sostenida en la Izquierda, apelará a aquellas personas que prefieren respuestas simples a preguntas complicadas. Lo que en realidad está diciendo Panitch es que la Izquierda no tiene nada que aportar al debate.
No hay el más leve indicio de análisis socialista aquí, nada con lo que los transmisores de la agenda corporativa neo-conservadora como el rompe-sindicatos Jacques Parizeau o el anterior talador de Mulroney, Lucien Bouchard estarían en desacuerdo. La auto-determinación está aparentemente exenta de análisis de clase y evidentemente no tiene nada que hacer con el cambio de quien ejerce el poder económico y político, nada que ver con la democracia y nada que hacer con la lucha por el socialismo.
Lo que Panitch y sus colaboradores intelectuales quieren decir con "auto-determinción" es una sola cosa: secesión. Lo que le están diciendo a Québec es: "Tienen el derecho de irse, apúrense y váyanse."
Eso no le sucede a los residentes de Québec que podrían desear una opción diferente a la secesión. Panitch insiste "debemos trabajar por la separación más amigable y la relación más cercana… si el derecho de auto-determinación es ejercido a través de un referéndum."
¿No es concebible que si "el derecho de auto-determinación es ejercido a través de un referéndum", los residentes de Québec bien podrían votar por quedarse en Canadá? ¿Québec no puede tener el derecho de NO secesión? Aparentemente no. Panitch insiste en que los Ingleses-Canadienses de izquierda deben inequívocamente abogar por un Québec independiente, a pesar que él debe saber que la mayoría de los residentes de Québec NO quieren un Québec independiente. El hecho de que las encuestas de opinión en Québec muestren un apoyo del 30 por ciento para la independencia es tan irrelevante para estos defensores de la "auto-determinación" como el inconveniente hecho que los residentes de Québec ya han ejercido su derecho de "auto-determinación" a través de un referéndum.En aquel referéndum de 1980 el gobierno de PQ confeccionó una pregunta deliberadamente erizada designada par maximizar el voto hacia el Sí para hacer parecer que una "asociación soberana" era posible sin la separación de Canadá. A pesar de este truco, el 60 por ciento de los votantes ejercitó su derecho de "auto-determinación" votando No. Y a pesar de esa clara elección de parte de los residentes de Québec, los Ingleses-Canadienses de izquierda han seguido apoyando por mucho la independencia, obviamente que esto como contradice su reclamo de apoyo a la "auto-determinación".
Si "auto-determinación" para Québec significa secesión de Canadá aun cuando la mayoría de los habitantes se oponen a esto, para los nativos, la secesión de Canadá es considerada inaceptable sin importar que tan nativos quieran llegar a ser. Negar que el Cree del norte de Québec tiene el derecho de permanecer como parte de Canadá en el caso de que Québec entrara en secesión, Panitch elimina los deseos de los nativos tachándolos de incautos del "federalismo". Por buena medida, nos quiere mantener callados sobre el hecho que algunos nacionalistas de Québec son racistas en sus actitudes hacia la gente nativa, mientras espera indudablemente que nosotros denunciemos al racismo en cualquier parte de Canadá y claro, en cualquier otra parte del mundo.
El "derecho de auto-determinación" como lo promulga Panitch y mucha de la Izquierda está en el hecho que no es nada más que porras sin sentido para el nacionalismo burgués. En contraste, socialistas como Karl Marx y Rosa Luxemburg argumentaron que era necesario analizar el contenido político, económico y de clases de los movimientos nacionalistas en sus méritos individuales y apoyarlos sólo si eran progresistas.
Luxemburg argumentaba que "la posición de los socialistas con respecto a los problemas de nacionalidad dependen primeramente de las circunstancias concretas de cada caso, las cuales difieren significativamente entre los países, y también cambian con el paso del tiempo en cada país." Sin embargo, ella dijo, "la cuestión de la nacionalidad… no puede ser establecida por el uso de un cliché, ni siquiera aquella fórmula de agradable sonido como 'el derecho de todas las naciones a la auto-determinación'. Porque esa fórmula no expresa nada, por lo que es una frase vacía, sin contenido o de otra manera expresa el deber incondicional del socialismo de apoyar las aspiraciones de todas las naciones, en cuyo caso es simplemente falso."
El tipo de análisis político serio recomendado por Marx y Luxemburg - el cual puede requerir un esfuerzo intelectual - se ha vuelvo decididamente impopular en la Izquierda, para ser sustituido por la aceptación sin crítica de conceptos burgueses de nacionalidad y estado-nación, faltos de clase o contenido socialista.
El dogma aceptado ahora parece ser que cada nacionalidad y las necesidades de cada etnia y grupo lingüístico están como marcados para su propia nación-estado. En el mundo real, sin embargo, es raramente posible trazar fronteras políticas que correspondan con nacionalidad. Rara vez cada nación-estado y aspirante a nación-estado contiene a sus minorías nacionales y los reclamos nacionalistas conflictivos en el mismo territorio. Estos grupos nacionales son por lo general integrados y pulverizados, compartiendo el mismo territorio físico, las mismas ciudades y pueblos, las mismas calles y las mismas camas…
Como resultado - salvo en aquellas raras instancias donde un grupo nacional constituye una sociedad homogénea unida en su deseo por una independencia nacional entre fronteras en pugna - la "auto-determinación" cuenta a menudo para la mayoría, negando a las minorías su "derecho de auto-determinación". Estas minorías son entonces, en consecuencia, confrontadas con la elección de perder sus derechos nacionales y lingüísticos o abandonar sus hogares ancestrales en esas tragedias humanas, eufenímicamente conocidas como "transferencias de población". No es de sorprender que la violencia es la regla, más que la excepción en estas situaciones.
En Québec el deseo de una independencia nacional ha sido y sigue siendo el objetivo de una minoría. No hay manera de obtener el apoyo de una mayoría abrumadora en un referéndum. Se supone, sin embargo, que en un referéndum futuro el 51% de la población, o incluso el 55%, apoye la independencia. ¿Esto significa que más del 49%, o del 45%, que desean mantener su nacionalidad canadiense deben de ser legítimamente privados de su "derecho de auto-determinación"? Si la gente de Townships en el Este, históricamente de habla inglesa, quieren que su región permanezca como parte de Canadá, ¿cuál es la justificación para negarles este derecho? ¿De qué se trata esta teoría de "auto-determinación" que evita que Montreal se separe de Québec, si la mayoría de su población así lo desea?
Confrontados con estos cuestionamientos, quienes apoyan la "auto-determinación" prefieren la evasión. ¿"Están preparados para llevar el reto a las fronteras de Québec"? Panitch preguntó retóricamente, como si meramente haciendo esta pregunta fuera suficiente para minimizar esto como un absurdo. Aparentemente, el "derecho de auto-determinación" funciona únicamente dentro de Canadá, no dentro de Québec, ahora porque pasa esto él no lo explica. Como un dogma religioso el "derecho de auto-determinación" no está sujeto al embarazoso escrutinio del análisis lógico.
Como un ejercito enviado, sufriendo por las derrotas en años recientes, muchos partidarios de la Izquierda parecen estar una retirada a gran escala, abandonando indiscriminadamente no sólo los dogmas inútiles del Leninismo y la democracia social, pero los principios y las herramientas analíticas que necesitarán para reagruparse en el futuro.
Los resultados son deprimentes. El una vez sólido socialista independiente Leo Panitch ahora pide a CD que por favor explique "por qué las clases consideran a la nación como un valor" y apoya el Acuerdo Charlottetown de Mulroney, designado para dar a la burguesía una constitución política irreversiblemente desviada a los requerimientos de los corporativos transnacionales.
Las energías de muchas de las personas de Izquierda están enfocadas en generar reclamos al estado capitalista para resolver nuestros problemas, o para encontrar maneras para resolver el Estado que parece de alguna manera accidental haber perdido el camino. La Izquierda siempre ha sido atraída al Estado de la misma manera que una mariposa a la luz, entre más oscuro se vuelve, mayor es la atracción a las ilusiones nacionalistas y de Estado.
La Izquieda en Québec ha virtualmente abandonado la agenda socialista en su fijación nacionalista y es de sorprender que se ha vuelto tan impotente e irrelevante como su contra parte Inglesa-Canadiense. En ambos, Québec y Canadá inglés la izquierda apoya son crítica la independencia de Québec a pesar que de es impresionantemente obvio que el resultado incrementará el control de las corporaciones transnacionales y el imperialismo Estadounidense sobre ambas, Québec y el resto de Canadá, Québec convirtiéndose en una neo-colonia de Estados Unidos de habla francesa con menos control sobre su destino del que tiene hoy.
La Izquierda continuará sumiéndose en el pantano mientras siga encumbrando la aceptación sin crítica del eslogan "el derecho de auto-determinación".
El significado oculto, la esencia real del eslogan, es que no es posible ni deseable para dos o más grupos étnicos o lingüísticos vivir juntos en un país. No puedo imaginar un punto de vista más pesimista y menos socialista.
Yo recomendaría una perspectiva diferente de la Izquierda, basada en los siguientes puntos:
1. Los residentes de Québec de habla francesa constituyen una nacionalidad distintiva en Canadá. Québec no es una nación oprimida, bajo ninguna definición de opresión.
2. Los socialistas Ingleses Canadienses deberían apoyar los derechos de Québec dentro de Canadá, incluyendo especialmente el control sobre su propio lenguaje, cultura, educación y desarrollo social.
3. Los socialistas Ingleses Canadienses se deberían de oponer y combatir todas las manifestaciones chovinistas anti-Québec, por parte de los Ingleses Canadienses.
4. La ruptura de Canadá sería contraria a los intereses de los trabajadores en ambas partes, Ingleses Canadienses y Québec y se deberían de oponer a esto.
Publicado en la edición de diciembre 1994 - enero 1995 del Canadian Dimension.
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