miércoles, 21 de mayo de 2008

Líneas de orientación del Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques

El Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques es un agrupamiento virtual de militantes revolucionarios de diversos países y con diversas influencias, con el propósito de estimular recíprocamente su desarrollo en común y de difundir y actualizar el pensamiento revolucionario de la clase obrera. Pueden unirse al Círculo y participar como miembros plenos tod@s aquell@s que concuerden en lo general con las siguientes líneas de orientación teórico-prácticas, al margen de su interpretación y desarrollo en términos más concretos:

1. El comunismo no es una filosofía o un programa político al que amoldar el pensamiento y la acción de la clase obrera. Es la acción de la clase obrera misma en cuanto ésta se rebela contra la relación del capital y se convierte, ella misma, en su negación activa y consciente: su negación como relación social que consiste en la subordinación del trabajo vivo al trabajo acumulado -y con ello, por extensión, negación de toda forma de explotación, dominio y alienación humana-. Es en el curso de esta acción antagonista que la clase misma, por su propio esfuerzo y haciendo frente a las embestidas y a la resistencia que ofrece el capitalismo a su transformación, va desarrollando la conciencia concreta necesaria para la superación positiva del capitalismo, que sólo puede llegar a ser masiva mediante -y en el curso de- una revolución.

El comunismo no es otra cosa que la cooperación consciente y autoorganizada de l@s proletari@s contra la alienación de su autoactividad como seres humanos totales; es poner el desarrollo libre de los individuos, con todas sus capacidades y necesidades, como condición del desarrollo de una sociedad sin explotación ni dominación. En resumen, el comunismo es el movimiento real que anula y supera de modo efectivo el estado presente de la existencia humana, movimiento que cobra vida con la tendencia de l@s proletari@s a actuar de modo autónomo y como clase, o sea, a emprender su praxis revolucionaria propia y autodeterminada. El desarrollo del comunismo consiste esencialmente en el desarrollo de la autonomía proletaria más allá de los límites impuestos por el capitalismo.

2. Defendemos el desarrollo de la autonomía de l@s proletari@s en su lucha, en su vida y en su espíritu, contra el viejo movimiento obrero y la teoría-práctica reformista que lo atan al capitalismo, a su existencia alienada como clase dominada, y cuyas formas de lucha, de organización y pensamiento, son sólo válidas para reformar el capitalismo pero no para suprimirlo revolucionariamente.

La actual decadencia del capitalismo significa también la inviabilidad creciente del reformismo, que pierde su carácter históricamente progresivo. Aunque la lucha por reformas siga siendo necesaria para la supervivencia del proletariado y contribuya a construir su unidad de clase, no es ella la que puede hacer madurar al proletariado en un sentido revolucionario. Lo que hace madurar al proletariado en este sentido es el enfrentamiento cada vez más violento y total con el capital, es decir, el desarrollo de la dominación y represión capitalistas a que su lucha contribuye decisivamente y a las cuales se tiene que enfrentar una y otra vez, forzado por el declive del propio capitalismo y la consiguiente intensificación creciente del antagonismo de clases. Es en este proceso, históricamente determinado, en el que el proletariado avanza hacia la conciencia de la necesidad de la revolución (la "transformación de la cantidad en calidad"), al comprobar por sí mismo la degradación persistente de sus condiciones de existencia sociales y la inviabilidad de los métodos reformistas para alterar esa situación o para impulsar un desarrollo en sentido revolucionario. De lo que requiere, entonces, es del desarrollo de nuevas y superiores formas de autoactividad de clase (o sea, el desarrollo de la "calidad" revolucionaria), formas que constituirán las bases futuras de la dictadura del proletariado, de la dictadura del conjunto de l@s proletari@s sobre los remanentes del capitalismo.

La función de l@s comunistas conscientes es ayudar al conjunto de la clase en su autoclarificación acerca de los obstáculos a su desarrollo revolucionario y acerca del modo de superarlos prácticamente.

3. Estamos por el internacionalismo revolucionario consecuente, orientado a la confluencia y unificación orgánica de las múltiples luchas y sectores del proletariado internacional, para formar un sólo movimiento que combine la libre unión y la máxima autonomía de las partes con la necesaria centralización y visión unitaria. De este modo, el proletariado se constituye en clase histórico-mundial y establece los fundamentos de una verdadera comunidad humana mundial. Una condición imprescindible del verdadero internacionalismo es, pues, la lucha en todos los países por la liberación del proletariado de todas las formas de explotación y opresión nacionales y, en general, de la dominación "nacional" de sus burguesías. Pues la existencia misma de la nación burguesa es la negación de la libertad del proletariado en su vida nacional y, es más, si el proletariado de un país colabora en la opresión de sus hermanos de clase de otro país significa que está fuertemente esclavizado por su burguesía.

Al mismo tiempo que el proletariado se desarrolla y eleva como clase revolucionaria en cada país, se separa de la nación burguesa y se constituye él mismo en nación. De este modo, para el proletariado coinciden su liberación como clase y su liberación como comunidad nacional, al tiempo que ambas confluyen de modo natural y necesario hacia la construcción de una verdadera comunidad internacional del género humano, cuya base material será una economía comunista mundial. Al liberarse nacionalmente, el proletariado destruye no sólo la sociedad burguesa, sino también la nación burguesa, y crea con ello una nueva forma de comunidad nacional que supera todas las estrecheces y limitaciones (burguesas) de la precedente.

4. Nos esforzamos por la autoliberación radical e integral de l@s proletari@s, tanto individual como colectiva.

El proceso revolucionario del comunismo requiere no sólo de una coherencia entre los principios, los medios y los fines de la autoactividad proletaria, requiere también de la unidad de las múltiples dimensiones de esa autoactividad: unidad de la liberación material y la liberación espiritual, unidad de la lucha económica y la política, unidad de las luchas laborales con todas las luchas sociales, de la lucha de clase y la lucha de género, de la unidad del desarrollo nacional y el internacional, etc.

La integración de todos estos aspectos en un sólo proceso de lucha con múltiples frentes, exige no sólo la superación de todas las estrecheces y unilateralidades anteriores del movimiento comunista, esforzándonos por su desarrollo teórico-práctico en un sentido verdaderamente integral; exige también la superación de la división entre programa mínimo y máximo, lucha por reformas y lucha revolucionaria, propaganda inmediata y propaganda revolucionaria, etc.. Esta unidad no puede realizarse interponiendo mecánicamente objetivos transitorios entre las reivindicaciones inmediatas y las medidas revolucionarias (al modo trotskista), sino reconociendo en el desarrollo de la autoactividad consciente y organizada del proletariado la condición dinámica de esa unidad y estableciendo, sobre esta base, una continuidad dialéctica entre objetivos mínimos, transitorios y máximos. Esta continuidad programática, que encuentra su base objetiva en el ascenso revolucionario de la lucha de clases, desde las luchas inmediatas hasta la revolución abierta, tiene como principios generales que los objetivos programáticos sirvan al avance sin retroceso hacia el comunismo, a la unidad de la lucha económica y la política (impulsando el desarrollo de formas de poder proletario) y al desarrollo en general de la autoactividad integral del proletariado, especialmente al desarrollo y clarificación de su conciencia de clase.

Asimismo, la puesta en práctica de este programa sólo puede hacerse teniendo siempre en cuenta las condiciones y las tendencias, históricas y concretas, subjetivas y objetivas, que existen en cada lucha o situación. Sobre estos mismos principios y orientación histórico-materialista han de elaborarse la estrategia y la táctica de l@s comunistas.

5. Defendemos la centralidad del proletariado como clase revolucionaria, determinada socialmente como la fuerza de trabajo desposeída de medios de producción y que sólo puede vivir trabajando para el capital. Sin por ello suprimir las diferencias entre los distintos sectores de esta fuerza de trabajo, ni la importancia de estas diferencias de cara al desarrollo del proletariado como clase revolucionaria, nosotros entendemos al proletariado como unidad de esa multiplicidad, que incluye a ocupados, desocupados y estudiantes condenados a la proletarización, y que se extiende en diversas capas semiproletarias a medida que el capitalismo subsume cada vez más todas las formas de producción y trabajo precapitalistas (especialmente hay que mencionar el trabajo doméstico de las mujeres, que en las familias obreras contribuye directamente a incrementar el tiempo de trabajo excedente que puede suministrar el trabajador al liberarle de las tareas domésticas y reproductivas).

Entendida concretamente, la centralidad del proletariado como clase revolucionaria significa además que la emancipación de l@s proletari@s depende solamente de sus propios esfuerzos. No pueden dejar sus propios asuntos en manos de una minoría ilustrada, ni tampoco prescindir del desarrollo de su capacidad intelectual y pensamiento, sin los cuales no pueden actuar realmente de modo autónomo, sino todo lo más formalmente (como ocurre con las viejas organizaciones obreras). Todas las formas de sustitucionismo, sean tipo político o intelectual (el vanguardismo vulgar, el elitismo, la jeraquización y el autoritarismo en todas sus formas), son contrarias a la autoliberación de l@s proletari@s y reproducen una división del trabajo que es el embrión y el esquema fundamental de las relaciones sociales en la sociedad de clases. Por eso, las asambleas autoorganizadas, el funcionamiento de abajo a arriba, la delegación bajo mandato imperativo, la participación más amplia posible de tod@s, son los rasgos fundamentales de la organización autónoma del proletariado, y deben ser siempre los predominantes frente a las asambleas convocadas desde arriba, a las decisiones desde arriba, a la delegación irrestricta y a la concentración de la actividad en una minoría: lo que la lucha de clases establece en ciertos momentos como un imperativo no puede tomarse como una virtud, ni erigirse en principio de la actividad proletaria organizada.

Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques

cica_web@yahoo.com
http://members.fortunecity.com/cica/

4 comentarios:

Stephane dijo...

Este sitio publicó, en particular, en línea en abril el texto Paul Mattick - Luxemburgo vs. Lenin (1935)

Ricardo Fuego dijo...

Gracias por publicar nuestras líneas de orientación.

La URL correcta de nuestro sitio es http://www.geocities.com/cica_web

Saludos.

Anónimo dijo...

Este discruso estaría bien si volviérais 80 años atrás, pero hoy queda bastante obsoleto, sobretodo cuando habláis de la dictadura del proletariado. Por suerte, sois muy pocos los que aún pensáis así. Por otra parte, el término "antibolchevique" me resulta relativamente agradable, pero vuestras ansias de una revolución sin jerarquías y sin nadie que la dirija hace aun más utópicas vuestras palabras, y más teniendo en cuenta que hoy en día, el proletariado (si es que aun existe como tal) no sueña con una dictadura ni con la supresión de la propiedad privada, sino con reformas que le permitan llevar una vida cada vez más digna en este sistema (que sí, es capitalista y es una mierda). Por otra parte, debéis tener en cuenta que toda revolución comunista debe silenciar e incluso aniquilar a quienes se oponen activamente a la ideología comunista, puesto que sí es una ideología, ya que parte de un idea tomada como axioma a la que le aplica una lógica (que, como tal, no admite contradiciión) y explica toda la historia a la vez que pretende tener la clave del futuro.

Decís que "El comunismo no es otra cosa que la cooperación consciente y autoorganizada de l@s proletari@s contra la alienación de su autoactividad como seres humanos totales; es poner el desarrollo libre de los individuos, con todas sus capacidades y necesidades, como condición del desarrollo de una sociedad sin explotación ni dominación." Supongo que a esto os referís a la segunda etapa del comunismo, en el cual se ha esfumado de forma natural el estado. El caso es que llegar a esto es imposible en la medida en que no se extermine a la oposición. Por otra parte, una dictadura (sea de la oligarquía, sea del proletariado) jamás conseguirá consenso, con lo cual esta fase final del comunismo es inalcanzable. Finalmente, esta homogeneización que el comunismo quiere hacer del ser humano me parece aberrante.
Hay que reformar (y puede que aun transformar o eliminar) el capitalismo, pero desde luego las propuestas que formularon antaño Marx y Engels son una nueva forma de dominación a costa de una futura utopía que, como tal, jamás tendrá lugar. Hay otras alternativas al capitalismo mucho más atractivas que la vuestra, y menos utópicas.

Ricardo Fuego dijo...

"Hay otras alternativas al capitalismo mucho más atractivas que la vuestra, y menos utópicas."

Qué puedo decirte, dasein. ¡Adelante con ellas!

Sólo ten en cuenta que las ilusiones reformistas le ganan en edad y en utopismo a la más libertaria de las propuestas comunistas.

Yo, personalmente, prefiero equivocarme del lado de la revolución contra toda forma de alienación y opresión que tener razón del lado del "capitalismo humano".

Saludos!