sábado, 19 de enero de 2008

Rosa Luxemburgo: un pensamiento irrecuperable

Publicamos a continuación un texto de José M. Delgado, publicado el pasado 10 de Enero en la web del grupo Re(d)forma en serio (http://www.nodo50.org/reformaenserio/index.htm).

Nos parece muy interesante que cada vez surjan más colectivos que abiertamente cuestionan las mistificaciones nacionalistas (y burguesas) que numerosas organizaciones de la izquierda han recogido, de forma oportunista y justo (y curiosamente) cuando la propia burguesía (la gran burguesía de las multinacionales) las desecha, pues ya apenas le son útiles. Además, para nosotros es importante siempre encontrar grupos que defienden el legado de Rosa Luxemburgo. Y que denuncian que ese legado sea enarbolado por quienes nada tienen que ver con el luxemburguismo, pues nada aprendieron de las críticas que en esa corriente se han hecho tanto del reformismo socialdemócrata como del vanguardismo sustitucionista bolchevique.

Rosa Luxemburgo: un pensamiento irrecuperable

José M. Delgado

El 15 de enero se cumple el 89º aniversario del asesinato de Rosa Luxemburg. Como cada año activistas de izquierdas se reunirán en Berlin, el homenaje a Rosa Luxemburgo tendrá el tinte claramente anticapitalista que lo caracteriza, anticapitalista y tan para nada sectario como es habitual: concernidos estarán jóvenes y menos jóvenes de casi todas las tendencias marxistas, comunistas, pero también libertarios, autónomos, que confrontan en cada convocatoria su determinación antisistema con los poderes burgueses, como gustaría a Rosa, borrando fronteras inútiles, sectarias, en la lucha de clases contra el capital. Sin embargo, y puesto a no borrar fronteras, ya deberían troskistas, leninistas, abstenerse de tratar de incorporar el pensamiento de Rosa al leninismo, de tratar de "recuperar" de la manera tan oportunista y que tan mal coindice con su pretendido rigor doctrinario - un manera de sublimar el sectarismo - que los ha llevado (a los trotskistas, particularmente) a dividirse y escindirse hasta el infinito, un pensamiento y una obra teórica con el que el bolchevismo no tenía nada que ver, - y menos aún la socialdemocracia gobernante en la Europa después de la II Guerra Mundial - ni en relación con la idea de democracia, con la concepción de la relación partido-masas, ni en relación con la pedagogia revolucionaria que atribuía a las luchas de masas, y sobre todo nada que ver con la utilización urbi et orbi del principio o derecho de autodeterminación de las nacionalidades que los trotskistas (y ex-stalinistas) hacen al día de hoy.

Es un hecho reconocido por todos los historiadores que la "liberación de los pueblos oprimidos" sirvió de pretexto ideológico al imperialismo alemán, al francés, y finalmente en su formulación más "coherente" y supuestamente imparcial al imperialismo estadounidense con la formulación de los 18 puntos de Wilson, para justificar la gran matanza, la barbarie de la Gran Guerra. A este respecto Rosa Luxemburgo formuló la denuncia más clara y taxativa:

"En la historia de las luchas de clases estos "slogans" revisten a veces una importancia muy concreta. En la presente guerra mundial, es un sino fatal del socialismo estar predestinado a proveer de pretextos ideológicos a la política contrarrevolucionaria. Cuando aquella estalló, la socialdemocracia alemana se apresuró a decorar con un escudo ideológico, extraído del arsenal seudo-marxista, el bandidismo del imperialismo germánico, explicándolo como la campaña de liberación contra el zarismo ruso auspiciada por nuestros viejos maestros. En las antípodas de los socialistas gubernamentales, estaba destinado a los bolcheviques llevar agua al molino de la contrarrevolución con la consigna de la autodeterminación nacional y de proveer así de una ideología, no solo para el estrangulamiento de la misma Revolución Rusa, sino para la proyectada liquidación en sentido contrarrevolucionario de toda la guerra mundial. Tenemos todas las razones para examinar muy a fondo desde este punto de vista la política bolchevique. El "derecho de la autodeterminación nacional" acoplado a la Sociedad de Naciones y al desarme por gracia de Wilson, constituye el grito de batalla tras el cual debería desarrollarse la inminente rendición de cuentas del socialismo internacional con el mundo burgués. Es evidente que la consigna de la autodeterminación y el conjunto del movimiento nacionalista, que en el presente constituye el mayor peligro para el socialismo internacional, han recibido un extraordinario refuerzo precisamente de la Revolución Rusa y de las negociaciones de Brest." (cfr. Rosa Luxemburgo. La Revolución Rusa. La cuestión de las nacionalidades)

Rosa condenó como todo sabemos la claudicación de Brest-Litovsk, que selló el fin de la revolución rusa y predeterminó su "nacionalización" y con ello sentó las bases de la era de Stalin y de su definitiva consolidación en tanto que mero capitalismo de estado, a la postre siguiendo implicitamente las teorías económicas del desarrollo nacional alemán formuladas por Friedrich List en el siglo XIX. Rosa condenó sin paliativos como un principio pequeñoburgués ese supuesto derecho que tan caro le era a Wilson (así, el historiador británico Eric Hobsbawm le llama "derecho de autodeterminación wilsoniano-leninista"):

"En la obstinación y rigurosa coherencia, con que Lenin y sus compañeros se mantuvieron en esta consigna, lo que sorprende es que está en contradicción tanto con su tan proclamado centralismo como también con el comportamiento que asumieron frente a otros principios democráticos. Mientras demostraban un frío desprecio frente a la asamblea constituyente, el sufragio universal, la libertad de prensa y reunión, en síntesis, frente a todo el aparato de las libertades democráticas fundamentales de las masas populares, que en su conjunto constituían el "derecho de autodeterminación" para toda Rusia, consideraban el derecho de autodeterminación de las naciones como la niña de los ojos de la política democrática, por amor a la cual todos los puntos de vista prácticos de la crítica realista deben ser silenciados. Mientras no se habían dejado someter, en modo alguno, por la votación popular de la Asamblea constituyente rusa, una votación popular sobre la base del derecho electoral mas democrático del mundo y en la plena libertad de una república popular, y mientras que, por consideraciones críticas bastante frías, declararon nulos los resultados, en Brest-Litovsk y propugnaron el referéndum sobre la pertenencia estatal de las nacionalidades no rusas del Imperio como la verdadera panacea de toda libertad y democracia, genuina quintaesencia de la voluntad de los pueblos, y como la suprema instancia que debía decidir en las cuestiones del destino político de los pueblos y de las naciones. Esta flagrante contradicción es tanto mas incomprensible, a propósito de las formas democráticas de la vida política de cada país, puesto que, como veremos mas adelante, se trata efectivamente de fundamentos en extremo válidos, y hasta diría indispensables de la política socialista, en tanto que el famoso "derecho de autodeterminación nacional" no es sino una vacua fraseología y charlatanería pequeño burguesa."

Y a día de hoy muchos leninistas y trotskistas continuan haciendo el juego al imperialismo de EEUU coadyuvando a fragmentar estados, como en la ex-Yugoslavia, en España, donde apoyan la fragmentación del estado ayudando a los nacionalistas secesionistas burgueses o pequeñoburgueses, incluso animando o reanimando el nacionalismo allí donde no existe o apenas existe.

Rosa condenaría todo esto, denunciaría la fragmentación étnico-religiosa de Iraq, la destrucción de Yugoslavia, de la URSS, al socaire del imperialismo, y por supuesto el último acto de soberbia imperialista auspiciado por la UE como es la independencia de Kosovo de Serbia, - ejemplo de "viabilidad" en pro de su pretendida independencia de Euzkadi para los fascistas-estalinistas de ETA - los intentos de destrucción de estados-nación consolidados desde hace centurias como el Reino Unido o España, o Bélgica, o apoyando a las burguesías secesionistas en Bolivia y Venezuela. Condenaría asimismo Rosa la deriva del trotskismo hacia las tesis de Giuspeppe Mazzini: "un estado para cada nación, una sola nación para cada estado"

Esta dedicación autodeterminista del leninismo le hace el juego claramente al imperialismo interesado en reducir, fragmentar o borrar del mapa cuantos estados pueda, a fabricar los llamados "estados fallidos" en favor de la penetración de sus empresas, capitales, fuerzas militares o paramilitares, etc. Simplemente le sale más barato que tener que dar su parte del expolio de materias primas, petróleo, oro, diamantes o coltan, a las élites militares o dictatoriales gobernantes en esos países de Africa y Oriente, todo ello en un nuevo movimiento neocolonial, salvaje, brutal, que hace de los imperios jurídicos británicos, francés, holandés, poco menos que instituciones filantrópicas que ponían tierras en regadio, construían ferrocarriles y educaban a los hijos de las élites complacientes en sus universidades metropolitanas.

Pero podeis seguir defendiendo el derecho a la autodeterminación de los pueblos, en seguimiento de cualesquiera entidad, grande o pequeñas, rica o campesina, cualesquiera sea su caracter de clase, de la élite burguesa o pequeñoburguesa que levante una bandera con el triángulo irredentista cerca del mástil, en cualquier circunstancia, aunque destruya estados multiétnicos, en trance de destribalización, sin importar las consecuencias de genocidio mutuo, de limpieza étnica, de destrucción de familias mixtas: todo eso no importa para una supuesta izquierda que ha sustituido al "proletariado" como agente de la revolución, por los "pueblos" ¡siempre y cuando no se trate del "pueblo del estado", a la sazón, como casi todos los antiguos europeos, concepto más cívico-democrático, "ciudadano" que "nacional" dicho en sentido etnico-lingüistico! Sin duda este tipo de "pueblos", británico, italiano, belga, español, francés, ruso, se halla mas abocado a ejercer un patriotismo o nacionalismo agresivo, chovinista, jingoísta, que el irredentismo nacionalista de los pueblos sin estado. Bien está, para quien lo crea, para los que creen estar en 1914, mientras los nacionalistas burgueses o pequeñoburgueses les dejen meter cuchara y les sigan el juego al desorientado leninismo que les allana camino, ¡aunque la experiencia última de nacionalistas vascos, croatas, serbios, catalanes, kosovares, kurdos, den cuenta de justamente lo contrario!

Así que ya basta de querer apropiarse del pensamiento de la gran revolucionaria marxista Rosa Luxemburgo, por los que ponen una vela a dios y otra al diablo: afirman combatir el imperialismo al tiempo que se ofrecen a ayudar a jibarizar estados canónicos y a dividir todavía mas a los trabajadores, auspiciando la formación de sindicatos nacionalistas en algún caso con la bendición de las élites nacionalistas gobernantes, o de las taifas federales de los social-liberales gobernantes, todo ello sin que por lo demás se atisbe en las politicas económicas y sociales de los poderes autonómicos la mas minima confrontación con el paradigma neoliberal. Y así nos va a la izquierda, sin brújula, sin principios, auto-referenciandose en un ciclo sin fin de errores y claudicaciones oportunistas.
Saludos. JM Delgado

5 comentarios:

mitrofan dijo...

El derecho de autodeterminación de los pueblos es un derecho de por sí, revolucionario.El paradigma imperante en los tiempos de Rosa Luxemburg, no es el mismo que el dominante hoy, por tanto las respuestas que la clase obrera debe ofrecer, distan mucho de las de entonces.
Para empezar a encarar la compleja cuestión de las naciones y los nacionalismos, podemos empezar por distinguir el Estado de la Nación; y convendremos en que Estado es aquella estructura jurídica, política, administrativa y...policial que nos viene impuesta desde el mismo momento en que entramos a formar parte de esta sociedad.Por tanto, hay que tener en cuenta que el Estado es artificial, y montado en base a unos intereses que, a menudo, no son los nuestros.Por contra, la Nación la constituyen aquellos grupos humanos que viven en un territorio propio común, que comparten unas mismas formas culturales, a menudo reflejadas en una lengua común y que, en cualquier caso, forman parte inmediata de nuestra cotidianeidad.La Nación somos la gente, mientras que el Estado son Ellos: el Poder, que a menudo se impone por la fuerza.
Conviene tener claro que nuestra cultura nacional está condenada a una existencia subliminal si no cuenta con el soporte de un Estado que la apoye, la vitalice y la haga, como mínimo, posible; no indispensable y única, como aspiran a ser las culturas identificadas con los Estados-Nación de corte centralista.
Los Estados Nación, nacen de las revoluciones burguesas, es decir, de aquellos procesos revolucionarios que llevaron a la burguesía a hacerse con el control político, mientras los Estados, herederos de las Monarquías Absolutas y surgidos de aquellos procesos traumáticos, se dedicaban a parcelar su "territorio nacional", a dotarse de un Ejército, de una Administración burocrática, una simbología nacional y una escuela unificada.
La principal preocupación de los Estados Nación fue y es, la de que todos nos sintiésemos franceses, italianos, españoles ...por las buenas o por las malas.
La cosa parece que no salió del todo bien, puesto que el nacionalismo vasco, catalán, bretón,corso .... existen ,para confirmar el fracaso de tal empeño.
El Estado Español moderno, desde principios del Siglo XIX (Las provincias datan de 1.833), ha dedicado ingentes esfuerzos para “integrar”, a veces por las armas, a todos aquellos que, ya de antiguo, no entraban en su proyecto de Estado-Nación uniforme “de patrón castellano”.
Es muy interesante observar como influye el capitalismo primigenio en la gestación de los Estados-Nación., hasta convertirse en pretexto y objetivo casi único para su desarrollo e implantación. Surgida de la sociedad fundamentalmente agraria del Antiguo Régimen, a lo largo del XIX, tomó forma una sociedad capitalista que tenía como base económica la producción industrial de bienes para el consumo, es decir, de productos con valor de cambio para venderlos en un mercado y obtener un beneficio.La forma de producción de estos bienes, era aprovechar el trabajo asalariado que producía el valor añadido, que después se convertía , en parte, en beneficio capitalista.Marx lo llamó plusvalía.
Esta sociedad capitalista primigenia, lejos de ser el paraíso idílico que nos quiso pintar Adam Smith , (la panacea y la abundancia material para todos), trajo el desastre y la miseria a millones de seres humanos.Se extendió el hambre y las condiciones infrahumanas de subsistencia, mientras que los que creían en la viabilidad del nuevo sistema, se las veían para aumentarla productividad en el trabajo, pieza fundamental en el desarrollo capitalista posterior. A pesar de todo, parece que el capitalismo ha resistido los embates de la Historia; eso sí, al precio de tener que montar Estados represores, que con el tiempo devinieron en totalitarios, y, pasando por una etapa de vergonzoso colonialismo, donde eran explotados en masa pueblos enteros, por las dos guerras más horrendas que ha conocido la Humanidad, creando condiciones óptimas para el nacimiento y desarrollo de la barbarie fascista o contribuyendo a sostener la triste y terrible parodia estalinista.
Con el socialismo estamos los que no queremos todo esto; los que queremos una sociedad en paz, justa en el reparto de la riqueza que se genera en su seno, tolerante, democrática, participativa y no meramente delegativa en unos representantes escogidos cada cuatro años; culta y que llene de sentido las vidas de sus ciudadanos.
Dicen que la Revolucion Francesa hizo nacer al socialismo.La tradición socialista francesa es fuerte, evidentemente; pero desde que estalló esa Revolución, en Europa no han parado de aparecer multitud de movimientos alternativos a la sociedad capitalista burguesa. Socialistas utópicos, anarquistas, marxistas.
A mi parecer,el marxismo fue el pensamiento que proporcionó las herramientas teóricas de análisis de la realidad necesarias para hacer, de una parte, la crítica de la sociedad que no queríamos, y de otra, para preguntarnos “Qué hacer”, e intentar cambiar este mundo que no nos gusta.
Por tanto, socialismo quiere decir querer un mundo sin capitalismo. Y una de las principales consecuencias del advenimiento de la nueva sociedad capitalista, ha sido la creación del Estado-Nación centralista y totalitario; por tanto la conclusión parece meridianamente clara: si no somos partidarios de esta sociedad capitalista explotadora, cruel, insolidaria, intolerante, violenta, perseguidora de las diferencias y de las minorías culturales y nacionales, y...fanática; hemos de querer el socialismo, y, por ende, la emancipación de las naciones oprimidas.Aquí socialismo y nacionalismo se dan la mano, pues los dos luchan para liberarse de un sistema que crea opresiones de clase y nacionales.No nos libraremos de la opresión económica por un lado, y de la ejercida por el Estado-Nación por otro, ya que las dos, son hijas de la misma madre.

Anónimo dijo...

Mitrofan, tu discurso supera el absurdo cuando pretendes diferencias estado de nación, si bien por ejemplo tirando de encuestas del CIS nos encontramos que en un mismo territorio hay diferentes opiniones contrapuestas sobre a que grupo humano se pertenece. De hecho por ejemplo en Cataluña sigue siendo mayoría los que consideran que pertenecen al grupo humano y cultural español, por tanto tu teoría se cae por su propio peso.

Has de comenzar a diferenciar la nación política de la cultural, mientras la primera es un hecho objetivo (no por ello eterno ni invariable) la segunda es completament abstracta.

Igualmente obvias que no hay naciones previas a las naciones-estado, sino que en el caso español, tanto los nacionalismos vascos como catalán son posteriores a la configuración de España como nación, constituyendo proyecto de naciones, de allí que hablen de 'construcción nacional', la nación la están construyendo precisamente porque es un proyecto de momento inexistente.

Atentamente.

Anónimo dijo...

El primer comentario carece de sentido, considera un objetivo librarse de los estado-nación por su propia naturaleza para crear nuevos estado-nación. Debería poner los pies en el suelo y meditar que tiene que ver el socialismo con el estado Croata auspiciado por la derecha católica y etnicista, o los estados de Asia central con el impulso del islamismo, o la república Checa y la ilegalización de organizaciones marxistas, y asi un largo etcétera. Su argumento sólo pretende instrumentalizar el socialismo para satisfacer sus anhelos identitarios, y como en su día dijo Lenin, "no me tiñan el nacionalismo de rojo".

Anónimo dijo...

COnsidero que el argumento leninista de mitrofan se cae por si solo. Apunta que el tema de las autodeterminaciones es un tema de ahora y no de la època de Luxemburg... entonces que me cuenta de uno de los factores que desencadenó la primera guerra mundial, es decir, las tensiones nacionalistas en los Balcanes... Es de rigor señalar que los nacionalismos surgen de la necesidad de una clase capitalista local para afianzar y proteger sus intereses y que el nacionalismo es el capote que ponen delante del toro obrero para engañarlo y que envista... muy sencillo nadie va a regalar su vida por los intereses de otro, inventemos un trapo llamado bandera y una palabra vacía llamada patria para que los obreros tengan una excusa para que entreguen su vida y así salven los intereses de esa burguesía local. A mitrofan, como a muchos leninistas, no les entra en la cabeza (hablo con todos los respetos y desde el punto de vista ideológico) que la liberación de un pueblo viene por la liberación de la masa oprimida... que mas le da un trabajador ser explotado como vasco que como español?. El nazi-onalismo es la cuna del fascismo y el enganche perfecto para el oportunismo de las autodeterminaciones leninistas, que se pierden en luchar contra el imperialismo y se olvidan de los cimientos de ese supuesto imperialismo, el capitalismo. No se dan cuenta que no se puede combatir al imperialismo con sus propias armas y haciendo mas paisitos pequeñitos que por el echo de serlo se convierten en presa fácil del dicho imperialismo. Hay que hacerlo en sus cimientos, es decir el desarrollo de la conciencia obrera de sus trabajadores. Si como apunta mitrofan el marxismo es el instrumento para combatir al capitalismo, se olvida de una obviedad del marxismo: la masa. Si la masa es pequeña es mas débil, cuanto mas grande mas fuerte... que hace los nazi-onalismos sino dividir a dicha clase y desviarla de su auténtica misión que es la de su autoemancipación, lanzándola una contra otra a pelearse. Si en las guerras (como por ejemplo la Primera Guerra Mundial, o cualquier otra) los soldados no se hubieran dejado carcomer sus mentes por dichos nazi-onalismos otra sociedad hubiera nacido, en paz y solidaridad. Un saludo revolucionario.


Rafa

Anónimo dijo...

Ah otro apunte... habla de fanatismos... sinceramente no conozco fascistas mas fanáticos y sectarios que los abanderados nacionalistas (véanse nazi-onalismos balcánicos, fascistas batasunos...)... no se da cuenta mitrofan que la misma basura es el rancio nazi-onalismo español que el vasco, catalán, etc... que son dos caras de la misma moneda... que se necesitan para sobrevivir, se retroalimentan... Es gracioso que se olviden de la lamentable situación de la masa obrera y sin embargo hagan caso a ese nuevo moviento independentista andaluz (vaya, otra nación con rancio abolengo... se reproducen como las moscas). Es necesario que se ponga un poco de cordura y se deje de alimentar desde la supuesta izquierda alternativa (alternativa para coger el espacio que dejará IU a la hora de chupar del bote)este tipo de ideologias na-onalistas, sectarias y discriminatorias. Pero que explique mitrofan como se puede ser solidario y sectarista... (véase los batasunos). Se resume este posicionamiento como OPORTUNISMO.